Empresas más éticas 2024

El ranking de las empresas más éticas

Empresas más éticas 2024

El ranking de las empresas más éticas

pfizer es la Empresa número 3 en el Ranking E+E 2022

“En el caso de la industria farmacéutica, la ética es fundamental porque tenemos relación directa con la salud, dignidad y calidad de vida de las personas”.

La “ética” es una palabra de uso común que constantemente escuchamos en distintos ámbitos de la vida profesional y empresarial, incluso la esperamos como uno de los valores fundamentales que cualquier organización debe tener. Sin embargo, ¿sabemos realmente qué significa? 

No me refiero a sólo conocer la definición de la palabra, sino a comprender verdaderamente las implicaciones que ésta tiene en la vida práctica. En este sentido, es necesario cuestionarnos y reflexionar acerca de cómo se fomentan valores como la ética: ¿qué estamos haciendo bien y dónde debemos concentrar esfuerzos dentro de nuestra compañía?

En el caso de la industria farmacéutica, la ética es fundamental porque tenemos relación directa con la salud, dignidad y calidad de vida de las personas. Además de que nuestro propósito está basado en la ciencia, por lo que cada uno de los métodos que utilicemos deben estar acompañados de este valor.

De esta forma, encontramos que vivir la ética como parte de la cultura organizacional requiere de varios elementos: contar con un código interno que sintonice con las necesidades sociales; empatía por los pacientes y el contexto donde se desarrollan nuestras actividades; sumado al conocimiento profundo de diferentes disciplinas a partir de las cuáles generamos los fármacos; y sumado a las disciplinas a partir de las cuales ponemos a disposición los soluciones de salud para los pacientes. 

En primera instancia, un código de ética es básico para cualquier actor que se encuentre en el sector de la salud. Por este motivo, es indispensable contar con una guía interna que permee en todas las áreas: desde la investigación, el testeo de medicamentos hasta el trabajo de los equipos de marketing que se acercan a los profesionales de la salud. 

Sin embargo, no basta con tener estatutos, es indispensable que éstos se mantengan actualizados y sensibles ante las necesidades del entorno. Por ejemplo, la actual pandemia por el COVID-19 obligó a un cambio en las prioridades porque, de un momento a otro, estábamos buscando una solución rápida para contener la propagación del virus.

Este proceso requirió de un acompañamiento constante de la ética, pero también de un enfoque dinámico que se adaptara a la urgencia de encontrar soluciones. Por este motivo, el valor de un código ético no se basa solo en que exista dentro de la empresa sino en su congruencia con el entorno.

Pensar en el paciente

Como segundo punto, quiero enfatizar a la empatía como un valor fundamental en el quehacer de la industria de la salud porque, aunque los científicos se basan en datos y cifras, no podemos despersonalizar a nuestros públicos finales; no podemos olvidar que quienes nos necesitan son esas personas que están buscando en nosotros soluciones que los ayuden a prevenir, resolver o vivir con una enfermedad.

Así es como la ética se fundamenta en la capacidad de ponernos en el lugar de quienes están esperando estas soluciones y en las necesidades de lo que ocurre en los contextos en los que desarrollamos nuestras actividades profesionales. 

El conocimiento profundo de la medicina, la química, la ingeniería, entre otras disciplinas, que atraviesan nuestra misión dentro de una farmacéutica, no solo se refiere a contar con profesionales dentro de nuestro equipo de trabajo que conozcan la ciencia, sino que también estén alineados a los valores de pensar en el paciente, el entorno y también que posean cierta flexibilización en su personalidad. Porque la ética se transforma y para fortalecer una cultura necesitamos perfiles dispuestos a mirar con ojos críticos su toma de decisiones en su quehacer diario y también apertura para modificar cuando así se requiera.

A partir de estos elementos, es fundamental fortalecer la cultura de la ética dentro de las compañías farmacéuticas que no solo forman parte de prácticas internas, sino que tienen un notable protagonismo en las sociedades. Con esto, hago un llamado a todos los actores dentro del sector salud para detectar las áreas de oportunidad que tenemos para seguir impulsando prácticas más éticas y a seguir fomentando la conversación sobre este tema. 

Por otra parte, en 2020 y 2021, el mundo vivió un gran desafío mundial y en Iberdrola fue vivirlo a través de dos variantes, la primera, las personas que estuvieron laborando y que siguieron laborando en sus casas; así como las personas que jamás se movieron de sus puestos de trabajo y con esto me refiero a que hubo personal que continuó trabajando en nuestras centrales produciendo la energía que en ese momento se demandaba.

Conoce al restos de los ganadores
en el suplemento E+E 2022

potada empresas mas eticas 2021